El bruxismo infantil es común y se estima que afecta alrededor del 15% al 20% de los niños en edad escolar. Se define como el acto involuntario de apretar y rechinar los dientes, lo cual puede ocurrir durante el día o la noche. Puede presentarse de manera similar tanto en adultos como en niños. Sin embargo, existen algunas diferencias entre ellos.
¿Cuándo es grave el bruxismo infantil?
En los adultos el bruxismo suele ser patológico, más persistente y producido una variedad de factores, como el estrés, la ansiedad, la depresión, la apnea del sueño, la mala alineación dental, el tabaquismo y el consumo excesivo de alcohol y/o cafeína. En los niños, el bruxismo suele ser fisiológico y tiende a disminuir con la edad. Y en algunos casos también está relacionado con el estrés o la ansiedad aunque en menor frecuencia.
La diferenciación entre el bruxismo fisiológico y el bruxismo patológico puede ser difícil de diagnosticar ya que ambos se caracterizan por el rechinamiento de los dientes. Sin embargo, existen algunas características que pueden ayudar a distinguirlos.
– Bruxismo fisiológico del sueño o “bruxismo del lactante”, se produce en los bebés y niños pequeños como parte de su desarrollo neuromuscular en los primeros años de vida.
Se produce durante el sueño REM y suele desaparecer alrededor de los 3 años de edad, a medida que el sistema nerviosos central madura y se desarrolla. No causa ningún daño a los dientes o a la mandíbula del niño, y no requiere de tratamiento a menos que sea excesivo o persistente.
– El proceso de recambio dental, durante este proceso, se dan muchos cambios y ajustes en la estructura dental, haciendo que los dientes nuevos que están emergiendo entren en contacto con los dientes de leche restantes, lo que puede causar rechinamiento de los mismos.
Sin embargo, el bruxismo patológico suele darse en niños más mayores y se relaciona con múltiples factores entre los que se encuentran el estrés y/o la ansiedad, trastornos del sueño como la apnea del sueño, trastornos del espectro autista o TDAH o problemas de conducta.
¿Cuáles son otros factores de riesgo?
Otros factores de riesgo son la práctica de deportes de contacto como el rugby, hockey, boxeo, fútbol, baloncesto, deportes como el remo, ya que aumentan el riesgo de apretar y desgastar los dientes debido a que durante su práctica se produce una tensión de los músculos mandibulares, la boca y cara. Además, de la tensión y el estrés asociados a la competencia deportiva y el entrenamiento intensivo.
¿Qué hacer cuando un niño tiene bruxismo?
Cómo hemos comentado, el bruxismo infantil generalmente se manifiesta de forma fisiológica, no requiere tratamiento, no causa consecuencias a nivel dental y desaparece de forma espontánea. Sin embargo, hay que tener en cuenta que no debe considerarse como una parte normal del desarrollo dental infantil, ya que puede tener consecuencias negativas para la salud bucal del niño, incluyendo el desgaste dental excesivo y la sensibilidad dental.
Por ello, es importante que los padres presten atención a los signos de bruxismo en sus hijos, como el ruido de rechinar los dientes durante el sueño o la tensión muscular y consultar con un odontopediatra. El tratamiento puede incluir el uso de férulas de descarga individualizadas y terapias de relajación para reducir la tensión muscular y prevenir daños a los dientes y la mandíbula.
Nuestra recomendación en cualquier caso, siempre sera consultar con un Odontopediatra cualquier duda que pueda surgir al respecto, para poder detectar y tratar a tiempo.
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